A propósito de esta frase de Aristóteles me he encontrado en varios espacios a personas que manifiestan con cierto "orgullo" que no les importa la política. Dicen ser apolíticos y que no votan por eso. Llegan incluso a sentirse superiores sin percatarse que son esclavos de su propia ignorancia.
Si tenemos en cuenta el tratamiento en los distintos diccionarios de nuestra rica lengua española al término Apolítico rápidamente nos percatamos que estamos frente a personas apáticas, indiferentes, sin intereses y hasta podríamos agregarle ignorantes.
Indiscutiblemente en la sociedad actual se hace imposible abstraerse de la vida política pues hasta las acciones más insignificantes tienen repercusión en la vida de los ciudadanos aún más cuando las múltiples decisiones acertadas o los errores de los políticos constantemente favorecen o afectan a todos.
Este es un problema que viene afectando a nuestros pueblos latinos y los resultados y ejemplos sobran para enumerar.
No son tiempos de cavernas y tomar partido por una u otra causa es vital, sobre todo en la lucha por la soberanía, la independencia y la igualdad entre los seres humanos.
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