Por Félix Edmundo Díaz
Ella nació en el seno de una familia profesional y asistió a la
primaria, la secundaria, el pre y se graduó en la universidad; su
trayectoria, como la de cualquier niña cubana, fue la de “Ya sé leer”,
pasando por Pionera, adolescente y joven sencilla que gustaba de las
lecturas y fiestas, a la par de observar, mientras crecía, lo ‘activo’
que era su papá, siempre de aquí pa’ya inventando como ponerle traspiés a
los malditos comunistas que le daban (gratis) letras y números a ella,
sus primos y a los otros niños, y además, salud para su familia y toda
la gente… y así fue creciendo sin comprender que podía justificar los
continuos ataques de su papi y sus permanentes genuflexiones ante los
visitantes extranjeros… a él (papi) le daba igual que hablaran en
Ingles, Checo o Español, pues para estos siempre había, a flor de
labios, un “Yes Sr.” (en el idioma del visitante de turno) .
Entonces sucedió lo peor, un día su papi viajaba acompañado de dos
mensajeros del Imperio y el exceso de velocidad, la impericia, el
cansancio o la emoción, solo Dios sabrá cuál de estas causas o todas
juntas, provocaron que el conductor perdiera el control del vehículo y
se estrellara contra un árbol con el saldo doloroso de cobrarse la vida
de papi.
La minuciosa investigación criminalística demostró lo único que podía
haber sucedido y sucedió: un accidente de tránsito fatal, pero esa
conclusión no le convenía al Imperio ni a sus lacayos y empezaron a
inventarse autos fantasmas de vidrios oscuros, persecuciones y derrapes
de neumáticos invisibles que, aunque inexistentes, sirvieron para la
algarabía… y ella, la muchacha sencilla, tras algunas lágrimas,
interrumpió su luto para comenzar a brincar sobre el “sucio legado” de
su papi, cual si lo hiciera en trampolín de pileta de clavados y,
haciendo unas cuantas piruetas grotescas, se lanzó ‘de a lleno’ en el
estiércol…
El nació en el seno de una familia humilde y asistió a la primaria,
la secundaria, el pre y se graduó en una universidad; su trayectoria,
como la de cualquier niño cubano, fue la de “Ya sé leer”, pasando por
Pionero, adolescente y joven sencillo que gustaba de las lecturas y
fiestas, pero (siempre hay un ‘pero’) este joven, por sus resultados y
compromiso, fue seleccionado para estudiar en una universidad nueva en
la que adquiriría los mejores conocimientos en las Ciencias
Informáticas; pero (hay un segundo ‘pero’) este joven, además, tuvo el
privilegio de participar en un conversatorio con el Presidente de la
Asamblea Nacional del Poder Popular y de hacerle preguntas, ese tipo de
preguntas que algunos consideran irreverentes máxime cuando las hace un
joven, y que les fueran respondidas por el invitado; pero (un tercer
‘pero’)lo que más llegó a la mayoría de los jóvenes (y a los no tan) fue
el reclamo de ese muchacho que defendía su libertad de viajar al
extranjero para poder ir a La Higuera y ver con sus ojos el lugar en el
que asesinaron al Che… bellas palabras, que resultaron tan bellas como
falsas cuando, tras obtener su pasaporte, hizo las maletas y fue a
reunirse con os mismos que aplaudieron y pagaron el horrendo crimen.
Esta es la historia de dos historias torcidas, cuyo colofón resultó
en el convite celebrado en un teatro de la Florida con la actuación de
Trump, rodeado de viejos y nuevos mercenarios, algunos lo hicieron
físicamente y otros ‘con el corazón’, pero mercenarios al fin, como para
acuñar aquello de que “… el diablo los junta”, o como hubiera dicho
nuestro querido Chávez: ¡Más azufre imposible!
Nota: Cualquier semejanza con personas y eventos reales es totalmente intencional.
Otra nota: ¡¡NOSOTROS SOMOS MUCHOS MAS!!